diciembre 10, 2024
malentendido

Por Sergio Mejía Cano

Desde luego que la brecha generacional tiene mucho que ver en los puntos de vista de cada quien, aunque hay gente que a pesar de no ser de la nueva era está clavada en la forma de gobernar de los últimos 36 años en que los tecnócratas se hicieron del poder y que por lo visto se niegan a dejarlo.

Los mexicanos que nacieron de 1980 a la fecha crecieron ya en un sistema en que poco oyeron hablar ya de la Revolución Mexicana, y si supieron algo de ella no la tomaron en cuenta y menos porque se dejaron de emitir o producir películas al respecto; desde luego que no se generaliza, porque obviamente que ha habido padres de familia que les inculcaron a sus hijos algo de la historia nacional, pero como cada cabeza es un mundo, algunas de las nuevas generaciones se formaron su propio criterio del antes y después de 1980.

Hoy en día hay jóvenes que no conciben lo que está haciendo la actual administración, se les hace inaudito, un atrevimiento el haber cortado los presupuestos a las organizaciones no gubernamentales, a las guarderías, a algunos programas sociales; que ahora se diga que los recursos se entregarán en forma personal e independiente de los tradicionales dirigentes de organizaciones que dizque se encargaban por el bien de quienes supuestamente ayudaban, claro que no gratuitamente, porque entonces por qué las protestas de estos dirigentes que no dejan de pillar porque ya no podrán administrar el presupuesto al que tanto se acostumbraron durante varios sexenios.

En forma igual o parecida, se ve que por ejemplo la mayoría de los periodistas jóvenes que han estado acudiendo a las conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no alcanzan a comprender muchas de sus acciones; tanto así, que como en el caso de  política exterior, algunos de estos periodistas no habían analizado el artículo 89 constitucional del que tuvo que explicarles con puntos y comas el mismo AMLO. Pero es compresible precisamente porque esta nueva generación de periodistas creció  y se formó en un esquema más fantasioso que real, en donde a pie juntillas muchos de estos neo periodistas y comunicadores aceptaban como una verdad absoluta lo que les decía el jefe del Ejecutivo en turno, y no en forma personal sino mediante boletines informativos emitidos por comunicación social de la oficina presidencial, además de los Poderes Legislativo y Judicial, así saltaran a la vista cómo se manejaban diputados y senadores y desde luego, jueces, ministros y magistrados.

Sin embargo, tal vez jamás imaginaron que un Presidente de la República iba a interactuar con ellos y hasta aceptar protestas de frente a frente, tal y como ha sucedido en alguna de estas conferencias también denominadas como “mañaneras”; y si bien alguien ha dicho que estas conferencias están orquestadas y manipuladas, lo más probable es que no sea así, pues nadie de los mismos asistentes ha dicho que sea así, y vaya que hay periodistas jóvenes que han encarado a AMLO tal vez sin tomar en cuenta de momento la investidura presidencial, porque queda claro que ha habido algunas exaltaciones en dichas conferencias.

Pero volviendo al ciudadano común, hay mucha gente que se sigue yendo con la finta de lo que oyen o leen en lo inmediato, y creen que es muy cierto, tal y como afirman mentes perversas que todos los males del país nacieron el 1 de diciembre de 2019. Como por ejemplo el asunto del avión que no se ha podido vender y le echan la culpa de los enormes gastos que ha generado este avión para el país, poniendo énfasis en que de puro mantenimiento le costó al erario 30 millones de pesos; pero no han tomado en cuenta estos detractores o los que no entienden, que el mismo AMLO les dijo que un solo viaje a Argentina había costado lo mismo que un año de mantenimiento en los Estados Unidos del dichoso súper avión. Pero si de gastos superfluos se trata, he ahí la famosa “Estela de Luz”, que en realidad de nada ha servido, más que para inflar el costo de la misma que, según se ha afirmado, triplicó o en más su costo original.

También hay mexicanos que señalan que en realidad no se ha hecho nada, a pesar de que se les ha explicado que hay muchas resistencias a un verdadero cambio de régimen, como ahora que hasta se rasgaron las vestiduras al quitar el Seguro Popular y sustituirlo por el Instituto de Salud para el Bienestar, programa del que posiblemente se comenzó a tratar de aplicar sin estar todo bien amarrado, pero ahí está y será más benéfico que perjudicial.

Sea pues. Vale.

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