La contaminación no sólo
infesta al aire,a los ríos y a
los bosques sino a las almas.
Octavio Paz
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimados amigos lectores gracias por su tiempo. El espíritu, la garra y coraje del pueblo mexicano se ha puesto a prueba y ha salido victorioso a lo largo de la historia, desde la revolución hasta nuestros días hay bastos ejemplos que retrataron con sus plumas los magníficos escritores Samuel Ramos y Octavio Paz, obviamente no son los únicos que han dado cuenta de ello.
Así nos hemos construido como un pueblo solidario, cuando la desgracia nos acecha no importan los malos gobiernos, no importan las divisiones pues se trabaja hombro a hombro para demostrar que somos mucho pueblo para tan pocos políticos y salvar la situación. Aunque eso sí, no somos capaces de mantener esa cohesión de manera cotidiana y todo lo politizamos, sobre todo esos políticos gandallas que sacan raja de cualquier cosa para vendernos sus soluciones baratas.
La mañana del jueves de 19 de septiembre de 1985, un gran terremoto sacudió a México, dejando un verdadero desastre, dolor y muerte, miles se quedaron sin nada, perdieron familia, trabajo y posesiones. La reacción del gobierno de Miguel De la Madrid Hurtado, tardó en llegar, simplemente el Gobierno Federal no supo cómo actuar y fue la ciudadanía la que se encargó del asunto, a pesar del dolor con las manos, palas y picos, cubetas y carretillas se pusieron a remover los escombros.
La ayuda internacional llegó rápido, vinieron de todas partes del mundo a las labores de rescate, así como la donación de recursos millonarios, el gobierno priista de entonces no fue transparente y no se tiene registro en que se aplicó esos recursos o… ¿dónde quedaron? ¿Quién fue el ganón?
Eso sí, para el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, su política de desarrollo social ya se llama «solidaridad», un concepto para buscar darle identidad a la tragedia y sumar a todos los sectores en torno al presidente. En 1985 no solo se rompió la Ciudad de México, sino que esa movilización ciudadana le mandó un mensaje a los políticos de entonces, que aguantaron hasta el 2000.
La naturaleza lo volvió a hacer el 19 de septiembre del 2017, con un gobierno débil y puesto en jaque por la desaparición de los 43 normalistas, de nueva cuenta la ciudadanía, sobre todo los más jóvenes y estigmatizados como la generación millenial, salieron a las calles para ser solidarios, remover escombros y mostrar que la sociedad no dependía de un gobierno corrupto como el del «nuevo PRI», ahí se terminó el peñismo.
En el 2009 en época de Felipe Calderón, se actuó bien en una epidemia por la AH1N1, entonces Andrés Manuel López Obrador ponía en duda las acciones del gobierno, inclusive cuestionaba la existencia del virus. La situación le vino muy bien al gobierno de Calderón pues estaba bajo la lupa por la elección del 2006 y AMLO lo dinamitaba en todo momento, lo convirtió en un presidente débil y escondido detrás del Ejército mexicano. A pesar de esa división el pueblo siempre reaccionó para ayudar a los hermanos afectados por inundaciones.
Ahora el gobierno de AMLO parece que se tardó en tomar las determinaciones pertinentes para luchar contra el COVID-19, pero ante un gobierno rebasado, la ciudadanía, en su mayoría, ha optado por resguardarse en sus casas. Eso sí tenemos un pueblo dividido porque así lo hemos hecho todos, pero sobre todo Andrés Manuel López Obrador.
Ahí está un pueblo solidario y que ha mostrado su fortaleza para sacar al país del problema, de verdad que bueno sería que AMLO se convirtiera en el presidente que necesita el país. Ya no divida presidente.
Entre Palabras
Quien comienza a desgastarse es Marcelo Ebrard, cada enfrentamiento con un gobierno extranjero, cada determinación que toma Trump y que exhibe al canciller mexicano, es un golpe a su imagen. Eso de ser un súper secretario tarde o temprano le pasará la factura.
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Muchas gracias.