septiembre 10, 2025
MEJIA CANO

Por Sergio Mejía Cano

La fuerte tormenta del pasado lunes 01 de septiembre que cayó en la capital nayarita no solo inundó gran parte de la ciudad, sino que en algunas zonas se fue la luz y, en otras partes la señal de internet que ofrece una de las principales compañías telefónicas del país.

Si bien se dice que no es ético hablar sobre asuntos personales en una columna de opinión, a veces es necesario para dar un concepto de lo que se trata de explicar.

Resulta que posiblemente debido a los fuertes tronidos de los rayos que precedieron a la fuerte tormenta y aún con ella encima, el módem de mi servicio de internet se apagó completamente tal y como si se hubiese fundido; pero no nada más se fue el internet, sino que también la línea telefónica, por lo que tuve que hacer uso de mi teléfono móvil para llamar a algunos familiares para preguntarles si les había pasado lo mismo. La mayoría respondió que no, que todo estaba normal con su servicio, aunque algunos de ellos están en otra compañía y, de estos, un familiar me dijo que sí se le había ido el internet, pero que desenchufó el módem volviéndolo a conectar y listo; todo OK.

Llamé a la compañía telefónica para reportar la falla, el problema es que hoy en día no hay atención personalizada, pues al parecer quien contesta es una computadora a la que no se le pueden decir las quejas tal y como si del otro lado de la línea estuviese otra persona. Sin embargo, la voz femenina que me atendió me dio el número de reporte diciendo a la vez que ya estaban buscando la falla y que me resolverían de tres a cinco días; pero hasta ayer domingo 07 nada de nada que se resolvía el problema, aunque como consuelo el sábado me llegó un mensaje al móvil en donde dice que están atendiendo el problema.

Se entiende que los adultos mayores hemos nacido sin internet y la mayoría de los adelantos tecnológicos que existen hoy en día en cuanto a comunicación se refiere; sin embargo, la mayoría ya estamos inmersos en esto del internet precisamente para estar comunicados y, desde luego, para estar al tanto de los aconteceres diarios tanto del país como del mundo, es decir, que ya estamos infectados por la tecnología por lo que ya a una gran mayoría, no nada más de los adultos mayores, sino gente de todas las edades ya es prácticamente vivir sin el internet; aunque no imposible, obviamente.

Es probable que muchas personas con servicio de internet hayan dejado a un lado la televisión abierta, la pública, porque también está integrada su señal al internet, pero muy poca gente ve los canales de televisión abierta ya como antes que era la única opción, lo mismo que la radio tanto en amplitud modulada (AM) como frecuencia modulada (FM), aunque se entiende que aún hay muchas personas que no tienen acceso a internet ni a telefonía móvil.

Y precisamente debido a la falla de internet no me quedó de otra más que ponerme a mirar la televisión abierta la que, aparte de películas y programas de deportes, en sí, la programación de las principales televisoras del país como son Televisa y Televisión Azteca dejan mucho qué desear, sobre todo los noticieros y más, los de Televisión Azteca, aunque en ambas televisoras pareciera que viven en otro mundo muy diferente y más, cuando tergiversan la mayoría de la información que dan; como en Televisión Azteca en donde al parecer nada les cae bien en cuanto al actual Gobierno Federal; claro que se entiende por el conflicto que se carga el concesionario de dicha televisora con la actual administración que preside la doctora, Claudia Sheinbaum Pardo y parte de la pasada que presidió, Andrés Manuel López Obrador.

En días pasados cuando la presidenta, Claudia Sheinbaum anunció la creación del Café del Bienestar, en uno de los noticieros que dirige un tal, Manuel López San Martín, uno de los reporteros al dar la nota al respecto, palabras más, palabras menos dijo: “y ahora, la presidenta anuncia un café que nadie pidió…”. Y llama la atención porque ¿cuál de los cafés solubles que hoy en día hay a la venta al público fueron pedidos?

Allá por los años 60 del siglo pasado rifaban solo dos marcas de café soluble en nuestro país, pero de pronto comenzaron a aparecer infinidad de marcas y jamás se dijo que nadie los había pedido, tal y como ahora en Televisión Azteca dicen del Café del Bienestar que, de acuerdo a lo anunciado por nuestra presidenta, es una medida para proteger y ayudar a los pequeños agricultores, al igual que los sembradores de cacao para la creación del Chocolate del Bienestar.

Sea pues. Vale.

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