Por José Guadalupe Rocha Esparza
Dice Nietzsche: Los mejores pensamientos son los caminados. Pero son mejores todavía, por experiencia propia, los pensamientos caminados y conversados, los que brotan no de la soledad o del silencio, sino del intercambio entre dos inteligencias caldeadas por la fina amistad, aguzadas por el hábito de la cordialidad, trabadas por el aprecio y diálogo edificante.
Una buena amistad es una conversación y una caminata. Por el simple hecho de andar juntos, las amigas y los amigos que se encuentran junto al impulso caminante, sienten más inclinación hacia la pura charla sin objetivo preciso, divagando con palabras sobre las cosas que van viendo, agitados, alegres y pícaros, sin grandes confidencias ni formulando ideas profundas.
A esa manera de ir charlando por ahí se le llama en inglés, con una expresión de gran belleza poética, “shooting the breeze”: dispararle a la brisa, entretenerse con nada. Y cuando han comido bien y han tomado más de un vaso de vino, los pasos se detienen, se quedan quietos para facilitar un recuerdo o para subrayar una afirmación. Caminar juntos es puro amor.
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