abril 28, 2024

Por José Guadalupe Rocha Esparza

Mencio, filósofo chino, llevó una vida errante como consejero de príncipes. Brillante seguidor de Confucio. Sostuvo la bondad innata de la naturaleza humana, que se manifiesta en la benevolencia, la justicia, el decoro y la sabiduría. El llamado “Libro del Maestro Meng-Tzeu” contiene sus largas conversaciones, extensos aforismos y argumentos. Murió a los 83 años.

Decía que el mejor medio de evitar el deshonor y atraer la gloria es honrar a los letrados virtuosos, otorgando cargos a sabios y empleos a hombres capacitados, sensibles a la vergüenza, corazón para compadecer, modestos, justos, además de mesurados. Afirmaba que, quien viola la virtud, es un malhechor y quien viola la justicia, se llama criminal.

Aseveraba que los fundamentos de la beneficencia, la justicia, la urbanidad y la sabiduría, eran, respectivamente, la compasión, el horror del alma, la voluntad de dar a los demás, así como aprobar lo bueno y reprobar el mal. Animaba a imitar al arquero que lanza su flecha: si no da en el blanco, no echa la culpa al más diestro que él, sino que busca la causa en sí mismo.

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