abril 28, 2024

Por Sergio Mejía Cano

Hasta el gobierno de José López Portillo y Pacheco (1976-1982), los presidentes de los Estados Unidos Mexicanos, no bailaban al cien por ciento el son que les tocaban los gobiernos de los Estados Unidos de Norteamérica, pues hubo ocasiones en que contradecían los dictados gringos y extranjeros, incluso hasta Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), a quien se le ha tachado como agente de la CIA que, en su actuar y decisiones, muchas de las cosas que emprendió no les cayeron nada bien a los gobiernos estadounidenses.

Sin embargo, de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) para acá, hasta Enrique Peña Nieto, la acción de los presidentes mexicanos fue de pura sumisión a los dictados gringos, del Fondo Monetario Internacional (FMI), y del Banco Mundial (BM). Tal vez sea por eso que, los mexicanos que nacieron y crecieron de 1982 a la fecha, muchos de ellos no comprendan  o no quieran comprender ni entender, las decisiones que ha emprendido el actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con su cuarta transformación, pues a infinidad de ellos, de la mayoría de los estratos sociales, se les hace inaudito que AMLO contradiga muchos, si no es que todo lo que se designa en el vecino país del norte y de otras partes del mundo. Se les hace una afrenta bárbara que nuestro presidente no acate dichos dictados extranjeros, creyendo que no se puede poner con Sansón a las patadas, y tal vez recordando aquello que se ha dicho desde hace muchos años de que, si a los Estados Unidos le da un simple catarro, a México le daría pulmonía; y cosas así.

Desde luego que se entiende que, muchos de estos mexicanos que nacieron y crecieron dentro del sistema del neoliberalismo, se les hizo costumbre y hasta les pareció normal, que los grandes empresarios, tanto nacionales como extranjeros se llevaran las ganancias empobreciendo a la mayor parte del pueblo mexicano, creyendo el cuento de que posteriormente la riqueza se desparramaría hacia abajo beneficiando a todo mundo; lo que jamás sucedió, sino al contrario, pues jamás se vio que cayera una gota de beneficio para la población mexicana. Lo curioso del caso es que no nada más a esos mexicanos y mexicanas ya cuarentones les sorprende lo que ha estado haciendo AMLO, sino también a mexicanos mayores que no dejan de despotricar en contra del actual presidente mexicano; pero esto más bien es porque se han sentido lesionados en sus intereses económicos, aunque no pertenezcan todos a la clase empresarial, sino mexicanos pertenecientes a las clases media y media alta que se beneficiaban con programas de supuesta asistencia social, supuesta porque el mismo AMLO comprobó ante la opinión pública que, mucho de este dinero no llegaba a los destinatarios, sino que se repartía entre quienes estaban al frente de dichas asistencias sociales.

Desde luego que esto fue aprovechado por los detractores y adversario de AMLO, para tratar de echarle a mucha gente encima con el cuento de lo perjudicial que es el desaparecer las guarderías infantiles, casas de asistencia y protección para la mujer y, sobre todo, la desaparición del mentado Seguro Popular que, como lo ha dicho constantemente el mismo AMLO: no era seguro ni era popular; sin embargo, respecto a este dichoso seguro popular, muchos de los adversario de AMLO lo siguen tomando como bandera, con en las pasadas elecciones que han sucedido en que, algunos candidatos de la oposición pregonaban constantemente que revivirían dicho seguro.

Obviamente que AMLO acalló todas esas maledicencias con que sus detractores trataban, y tratan de echarle encima a infinidad de mexicanos de ambos sexos que no leen ni se enteran por otros medios de la realidad de lo que está pasando, más de lo que les dicen y oyen en los medios chayoteros. Porque da la casualidad de que hay personas de los estratos sociales menos favorecidos económicamente, que despotrican en contra de AMLO, creyéndose aquello de que AMLO está acabando con el país y que, posiblemente hasta crean eso de que el actual presidente mexicano como niños crudos; porque de que los hay, los hay, gente crédula que hace caso a todos los señalamientos negativos en contra de AMLO, sin abrir su mente a otras informaciones más veraces.

Hoy, AMLO ha emprendido, como fue su promesa de campaña, la defensa de la soberanía nacional, sobre todo en cuestión energética; pero también en lo alimentario, para que nuestro país sea autosuficiente en todo. Y si bien es un camino muy difícil, sí se podría llegar a la meta fijada.

Sea pues. Vale.

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