abril 28, 2024

Por José Guadalupe Rocha Esparza

En Chihuahua existe un pueblito olvidado y solitario, desolador panorama de lo que fue el Mineral de San Diego de Minas Nuevas, cuyas 29 minas dieron a España, junto con el vecino Mineral de San Joseph del Parral, metales sumamente preciosos durante los siglos XVI, XVII y XVIII, mismos que jugaron un papel muy importante en el sistema monetario europeo.

Ambas poblaciones, que batieron a las tribus de indios “alzados” contra la Corona, representaban una “mano de obra” de 8 mil hombres en 1760, quienes laboraban en las profundidades de “Franseña” y “Santo Domingo” entre otras. Ahora son figuras fantasmagóricas, sitio de cuentos y leyendas, de aquellos mineros que derrochaban los “pesos fuertes” en las apuestas.

Minas Nuevas tuvo el carácter de Municipio de 1874 a 1931 y luego convertido en Sección Municipal de Parral, bautizándosele en 1901 como Villa Mariano Escobedo. Aquella población animosa y floreciente, por el que transitó “El Piojito”, tren Parral-Durango, fue extinguiéndose. Su templo vacío, con arcos de cantera, es aún mudo testigo de aquella bella época.

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