abril 27, 2024

Por Sergio Mejía Cano

Ahora con la moda del aberrante lenguaje inclusivo, además del que hoy en día se considera como ofensivo, se han dado casos en que en vez de que sea incluyente el lenguaje que se pretende implantar a las nuevas generaciones, en realidad se está convirtiendo en algo más que desfasado que contribuye más a la destrucción del idioma que hablamos la mayoría de los mexicanos, que es el español. Se están pasando por alto las reglas de la Real Academia de la Lengua (RAL) que han regido durante mucho tiempo.

Desde luego que muchas de las reglas de la RAL a lo largo del tiempo se han modificado y perfeccionado varias palabras quitándoles el acento o tilde a unas, se han modificado algunas conjunciones, apócopes, abreviaturas, castellanizando palabras de otros idiomas para hacer más cómoda su pronunciación en español, etcétera; sin embargo, lo que no ha aceptado la RAL hasta ahora es el incluir a ella y ello, la palabra “elle” ni a todas y todos la palabra “todes”, etcétera otra vez.

Desde siempre se ha establecido que el plural en masculino abarca ambos géneros, por lo que ha quedado claro que cuando se pronuncia la palabra “mexicanos” en una arenga como cuando el grito de independencia, se está incluyendo a mujeres y varones o cuando alguien se refiere a la concurrencia a un evento y que dice “todos los asistentes” obviamente se entiende que se está refiriendo a hombres, mujeres, niños y niñas que asistieron a determinado lugar y, tan se entiende que dicho plural en masculino ahorra palabras tanto dichas como escritas, porque para qué decir “todas y todos”, aunque en este caso así se dijera o se escribiera “todas y todos los asistentes” sí se podría entender la inclusión del género femenino. Pero cuando se habla o se escribe “todas y todos los diputados”, es aquí en donde se pudre o se echa a perder el español, porque a las diputadas se les está diciendo tácitamente “diputados” y no diputadas; además de que queda en el aire la palabra “las” como algo etéreo, inexistente o como un ente aparte de “los diputados”.

Recientemente en una información de espectáculos que apareció en las redes sociales, se informaba que el cineasta Steven Spielberg se arrepentía de haber modificado algunas escenas de la película “ET”, eliminando las imágenes en donde aparecían armas de fuego, por lo que después del arrepentimiento ha comprendido que esas escenas en donde los policías que persiguen al extraterrestre las portaban, eran emblemáticas de la época en que fue filmada y el año de situación de la película. Y esto se debió y se debe a voces que se han estado oyendo últimamente que claman porque se eliminen escenas y palabras que hoy en día se consideran ofensivas, como, por ejemplo, se ha llegado a decir que en la película “Lo que el viento se llevó” se deberían de eliminar las escenas en donde aparecen esclavos y dos mujeres de origen africano aparecen como sirvientas en una hacienda.

El deporte, al menos en los Estados Unidos tampoco se ha salvado de tener que hacer cambios en el apodo de algunos de sus equipos tanto de béisbol como de fútbol americano y otros equipos deportivos, supuestamente porque el mote que ostentaban y que llevaron durante muchos años, ahora se considera como ofensivo y racista; he ahí el caso de los “Indios de Cleveland” que ahora se denominan como “Guardianes en vez de Indios”, también se le cambió el nombre a los “Pieles Rojas” de Washington; también se lo quería cambiar a “Los Bravos de Atlanta”, pero así se quedaron con este apodo. Desde luego que hay otros equipos en el vecino país del norte que están en pugna con su mote, por lo que está en veremos si cambian el alias o no; todo, para no ser considerados racistas.

Y también algunas melodías no se han salvado del escrutinio de esas voces que las consideran ofensivas, racistas, misóginas, etcétera, pues esas voces se han pronunciado porque se eliminen o no se permita su trasmisión en ningún medio. Se han puesto como ejemplo las canciones de “Hipócrita, Despeinada, Popotitos” y otras más que, sería prolijo nombrarles en este espacio. Obviamente que hay melodías que se podrían considerar misóginas al hablar mal de las mujeres; sin embargo, ya desde hace tiempo que se han prohibido en algunas entidades del país las canciones que hagan alusión al narcotráfico o contrabando de estupefacientes; pero las canciones que hablan de borrachos y tomadera, esas han permanecido intocables, hasta la fecha; aunque posiblemente ya no tarden en censurarlas también.

Sea pues. Vale.

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