abril 28, 2024

“…Hecho, pues, su agosto

y su vendimia, repicó

Preciosa sus sonajas…”

La Gitanilla. Miguel de Cervantes S.

Por.  Dr. Pedro Gonzáles Castro

y Dr. Rutilo Tomás Rea Becerra

Control a cualquier costo.

La actual hipersensibilización hacia la enfermedad es una realidad que matiza nuestra percepción respecto al estado de bienestar, mismo que, al verse comprometido, hace patente nuestra indefensión. Así, al aumentar nuestro temor hacia la muerte nos convertimos en presa fácil de aquellos que encuentran, en cualquier oportunidad, la ocasión para lucrar miserablemente con la tragedia ajena.

Crear necesidades y lucrar con ellas tiene su origen en el ejercicio del control mediante el fenómeno de la guerra, misma que ha diversificado sus estrategias al pasar del tiempo y van desde las más rudimentarias, como las caracterizadas por el uso de armas de fuego en el campo de batalla, hasta las más sofisticadas de nuestros tiempos, las guerras hibridas.

Las formas en que históricamente se somete a los pueblos han sido variadas. Desde aquellas de los Hititas, hacia el 1400 A. de C. utilizando animales infectados con turalemia o las practicadas por los Asirios o los Atenienses, recurriendo a envenenamientos y contagios masivos a través de los abastecimientos de agua. Diomedi, P (2003) [1] comenta que: en América, desde la llegada de Colón, los europeos y sus infecciones, prácticamente el 95% de la población precolombina había sido exterminada por los agentes biológicos. También, hay que recordar las estrategias de impacto psicológico, utilizadas por el estratega chino Sun Tzu Sun, quien se propuso subyugar a su enemigo sin disparar un tiro.

El bioterrorismo, el uso de armas biológicas, manipulación mental y propaganda han sido estrategias que históricamente se utilizan para controlar y mantener el poder; en su caso generar escenarios que permitan un golpe de Estado, cobijado desde las sombras del neoliberalismo.

Viejas estrategias, nuevos nidos de poder.

De veinte años a la fecha, la OMS, agencia de la ONU, se ha convertido en un referente mundial debido a tres epidemias: el SARS, o neumonía asiática, en 2002; la gripe aviar iniciada poco después y la pandemia de gripe, H1N1.

El H1N1 es un recombinante (un mestizo), con genes de un virus aviar, otro humano y dos porcinos. Causa en algunas personas enfermedades graves, pero su letalidad es baja en la población general. El criterio que utilizo la OMS para declarar una pandemia no fue la letalidad del virus, sino su propagación. Situación que, por el tratamiento que se le dio en tono alarmista a través de los mass media, desato el miedo a un contagio masivo, convirtiendo a Tamiflu en una mina de oro para muchos [2].

En términos estadísticos, la H1N1 nunca representó un peligro especial ya que en 2009-2010 la mortandad total por todas las cepas de gripe disminuyó en México, en Estados Unidos y a nivel mundial. Según la CDC [3], aunque la pandemia de influenza del 2009 afectó principalmente a niños y jóvenes y adultos de mediana edad, el impacto del virus de influenza (H1N1) pdm09 en la población mundial durante el primer año fue menos grave que las pandemias anteriores.

Una década después, un nuevo virus toca a las puertas: el Coronavirus de Wuhan. Los coronavirus son una extensa familia, algunos pueden ser causa de enfermedades que van desde el resfriado común, hasta el SRAS (síndrome respiratorio agudo severo).

Las autoridades chinas han aislado un nuevo tipo de coronavirus, nombrado como 2019-nCov. ​ Al 02 de febrero, se cuenta con 2 103 casos confirmados [4], incluyendo trabajadores de la salud y casos fuera de la República Popular de China. No se ha demostrado que la enfermedad tenga la misma gravedad que el SARS. La OMS declaró el 30 de enero del 2020 la existencia de un riesgo de salud pública de interés internacional, bajo las regulaciones del Reglamento Sanitario Internacional.

A diferencia de la pandemia H1N1, el manejo de la información no ha sido tan alarmista. Hay que recordar que en 2008-2009 nuestro país pasó la peor recesión económica que se haya vivido en 70 años. Muchos indicadores económicos señalaban crecimientos negativos y se hablaba a nivel internacional que el manejo de la crisis, por parte de las autoridades mexicanas, había sido «uno de los peores». Por ello, es posible suponer que el gobierno de Calderón haya utilizado el fenómeno de la pandemia como una cortina de humo, dándole un manejo alarmista para mantener a la población preocupada más por su salud, que por los problemas económicos.  

Respecto al Coronavirus, el manejo de las actuales autoridades de salud y epidemiologia ha sido prudente y desde un inicio ha implementado las acciones preventivas correspondientes. Situación que ha validado el representante de la OMS en México, Jean Marc Gabastou: «La declaratoria (de la OMS) ha reconocido todos los esfuerzos oportunos que tomó la Secretaría de Salud para el control de la enfermedad y ofrecer a su población la seguridad que se requiere”.

[1] Diomedi P., Alexis. (2003). La guerra biológica en la conquista del nuevo mundo: Una revisión histórica y sistemática de la literatura. Revista chilena de infectología, 20(1), 19-25. https://dx.doi.org/10.4067/S0716-10182003000100003

[2] https://www.swissinfo.ch/spa/despega-el-multimillonario-negocio-de-la-vacuna-h1n1/802730

[3] https://espanol.cdc.gov/enes/flu/pandemic-resources/2009-h1n1-pandemic.html

[4] https://www.eluniversal.com.mx/mundo/coronavirus-de-wuhan-sube-360-los-muertos-en-china

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