abril 28, 2024

“Queda prohibido no sonreír a los problemas,

no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo

por miedo, no convertir en realidad tus sueños”

Pablo Neruda

Por Dr. Pedro Gonzáles Castro

y Dr. Rutilo Tomás Rea Becerra

El primero de julio de 2018 se cimbra el hasta entonces sistema político dominante en México, Andrés Manuel López Obrador queda al mando de la segunda economía más grande de América Latina, llenando de esperanza a todos los que quisieron sumarse y manifestar, a través de su voto, un enojo generalizado contra la inseguridad y la corrupción, llenando de temor a las elites neoliberales del país.

Ante tal evento, la zalamería de aquellos acostumbrados a las prebendas no se hizo esperar, solícitos expresaron sus “parabienes” con la esperanza de continuar gozando de privilegios obtenidos en otros tiempos a sabiendas de que los vientos habían cambiado de rumbo. Ahora, la dirección apuntaba a socorrer a los más pobres bajo tres pilares esenciales: no mentir, no robar, no traicionar al pueblo.

La reconstrucción del tejido social no es una tarea fácil. Acabar con la corrupción, reducir la violencia, enfrentar y dar solución a los problemas de pobreza y exclusión social requiere de un procedimiento quirúrgico, cauteloso y estratégico. Pues una nación que durante muchos años ha sido explotada y sometida, guarda en sus entrañas muchas inercias producto de prácticas oligárquicas y caciquiles que, obviamente, ofrecerán resistencia a perder sus “privilegios” y utilizarán todo lo que este a su alcance para conservarlos.

Desde miembros de la farándula, periódicos locales e internacionales, noticiarios, industriales y empresarios que gozaban de favores en administraciones anteriores, organizaciones paraestatales mafiosas, hasta gobernadores se han coludido para formar varios frentes rechazando las políticas del ejecutivo federal. Y, desde luego, éste proceder solo es resultado de que las cosas serán diferentes y, por supuesto, de que tendrán que dejar de sangrar a la nación.

El cacicazgo de Jalisco ha encabezado diferentes propuestas en oposición a las políticas del ejecutivo federal, y cuenta para ello con el respaldo de los gobernadores de Coahuila, Durango, Michoacán, Nuevo León, Tamaulipas, Guanajuato y Colima. Entre las peticiones que hacen, sobresale el endeudamiento para la “reactivación económica”, incrementar el presupuesto que se destina a los sistemas estatales de salud y apoyo a las empresas que promueven las energías limpias, revisar el pacto fiscal, analizar el ingreso básico universal, etc.

Encaminados en sus demandas, los gobernadores, apoyados por sus congresos locales, se adelantaron a solicitar créditos, la respuesta del ejecutivo no se hizo esperar y giró instrucción contundente al secretario de Hacienda: “Ningún aval a los gobernadores para contratar deuda o créditos”. Desde luego que esto disgusto a los gobernadores quienes implementan ahora su siguiente plan: cobrar impuesto estatal a la CFE, Pemex y a sus empresas proveedoras.

Envalentonados, los gobernadores panistas han creado la “Asociación de Gobernadores de Acción Nacional” (GOAN) y exigen “la libertad para gobernar desde lo local, con soberanía política y suficiencia económica, mediante un nuevo pacto fiscal en el que los estados cuenten con los recursos que en justicia les corresponden”. Quienes conforman el GOAN, son los gobernadores de Aguascalientes, Querétaro, Yucatán, Tamaulipas, Chihuahua, Baja California Sur, Quintana Roo, Durango y Nayarit. Mismos que en su manifiesto, no perdieron la oportunidad para deslindarse del Bloque Opositor Amplio (BOA).

La lucha por ganar espacios en las próximas contiendas electorales es clara y los bloques opositores harán todo lo que consideren conveniente por dar la batalla, cuéstele al pueblo lo que le cueste. Mientras tanto, el vasallaje político mantiene las manos cerradas ante las, aparentemente, decisiones erráticas del caciquismo en turno. Obviamente, cuidan su cuota de poder sin preocuparse de la suerte que corra el ciudadano de a pie.

Estamos próximos a celebrar el cambio de rumbo y es necesario salir a las calles a expresar no solo el apoyo al actual presidente, también es apremiante demostrar que participamos en el cambio. Es importante gritar lo que nos gusta y lo que no. Esto es una revolución y no estamos para guardar las formas de “lo políticamente correcto”. La formación política no solo implica la parte teórica, incluye también la acción, el activismo político.

Una manifestación pública es la suma de muchas individualidades, es la manifestación colectiva de la esperanza, de que las cosas pueden cambiar; es otra forma de incluirnos en el debate público. En Jalisco no nos gusta lo que está sucediendo y debemos expresarlo físicamente. Debemos mostrar que la 4T es más grande que los proyectos individuales.

2 comentarios en «LA LUCHA REAL EN LA 4AT»

  1. Buen día! Me alegra identificar a estos grupos de oposición a las políticas del Presidente concuerdo totalmente esto es una revolución,hay que tomar las armas y luchar me refiero a las calles las redes sociales, las elecciones del 2021.
    A darle que es mole de olla» al 100% con AMLO

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Verificado por MonsterInsights