“El mundo está lleno de gente
que quiere recoger frutos de
árboles que nunca sembraron”
Dicen por ahí
Por: Dr. Pedro Gonzáles Castro y
Dr. Rutilo Tomás Rea Becerra
La guardia pretoriana de las huestes fascista arenga desde una palestra que históricamente no les pertenece. Sintiéndose descendientes de las elites de Pareto, éste remedo de pensantes cuya máxima ambición es devenir en santos y ser subidos a altares, creen que la simple apología es suficiente, olvidan que se requiere de tareas concretas y no de una ocurrencia oportunista para mover a los miles de votantes que, calladamente y con la confianza por delante, apoyaron un nuevo proyecto de nación.
¡NO SEÑORES “INTELECTUALES” ORGÁNICOS! Si ustedes nunca hicieron absolutamente nada por las causas del pueblo. ¿Por qué ahora tan preocupados por la democracia y el autoritarismo? ¿Por qué ahora hablan de pluralidad y polarización? La actual sociedad no les necesita, ya no son útiles para formar opinión. Como basura orgánica, ante la falta de futuro, se han empeñado en construir la leyenda de un pueblo feliz que ha sido engañado.
No sean hipócritas. En su desmedido oportunismo, durante años sirvieron al único interés del dinero y en abierta complicidad siempre callaron ante las desapariciones forzadas, la impunidad y la corrupción. Hoy, sin el menor asomo de vergüenza, cuestionan de misógino al actual presidente, pero mientras comían de las migajas que caían de la mesa de sus amos nunca alzaron la voz contra de los feminicidios, nunca se manifestaron contra la violencia hacia la mujer. En el escrito que recién publicaron hablan de paridad de género, una exigencia que están lejos de profesar pues de los 30 firmantes solo 8 son mujeres.
Ya lo refería Traverso en 2013 en su libro ¿Qué fue de los intelectuales?: “Los intelectuales de hoy son gerentes de marketing o asesores de imagen de los partidos políticos, y «expertos», como los politólogos o los economistas neoliberales que recorren los paneles televisivos desplegando gráficos, encuestas de opinión y jerga técnica, pretendiendo una neutralidad engañosa.” [1]
La progenie eclesiástica[2], protegida de “elegante” armadura, sin ningún tapujo hacen gala de su estúpido y enfermizo racismo, de su desprecio a las personas humildes, a los indígenas. Recordemos los vergonzosos comentarios de Jorge Castañeda hacia los habitantes de una comunidad de Oaxaca o las poco éticas expresiones del leguleyo Aguilar Camín hacia el actual presidente.
Como la gatica de María Ramos, tiran la piedra y esconden la mano para después, con hipocresía demencial, acusan de que AMLO promueve la polarización y el encono social ¡Que falsos son! Dignidad es la que deberían de tener y no solo convertirse en testaferros de la estrategia de una derecha golpista que lucha por recuperar sus privilegios. Se acostumbraron al dinero fácil que desmedidamente recibían del mejor postor, de los dueños del poder económico y político, del poder oligárquico, del poder imperial.
Su estrategia fascista de hablar siempre mal de quien consideran su enemigo político es algo muy sobado en la mercadotecnia política de Goebbels, como lo es también, el hablar bien, o callar, cuando su aliado político (o amo económico) realiza actos de impunidad, corrupción, violencia e injusticia social. Sépanse, encaran a un gobierno que no busca su aprobación, ni necesita que lo legitimen; es dueño de su propia narrativa política.
El conocimiento y la sabiduría ancestral de los indígenas, la de los pobres, la del ciudadano de a pie, la que ustedes intelectuales de aparador desprecian, ha comenzado a empoderarse. Ya no será tan fácil el engaño. Y téngalo preste, como pueblo, por todos los medios disponibles denunciaremos y nos manifestaremos en contra de la manipulación que hacen a favor de sus intereses mezquinos. Que les quede claro, la política es el acto de debatir ideas en la plaza pública, no en el refugio privilegiado de un desplegado.
[1] https://librosgeniales.com/ebooks/que-fue-de-los-intelectuales-enzo-traverso/
[2] En “La formación de los intelectuales” de Gramsci, se lee: […] La categoría de los eclesiásticos puede ser considerada como la categoría intelectual orgánicamente ligada a la aristocracia terrateniente […] toda la filosofía idealista se puede relacionar fácilmente con esta posición asumida por el complejo social de los intelectuales y se puede definir la expresión de esa utopía social según la cual los intelectuales se creen “independientes, autónomos, investidos de caracteres propios, etc. […].
Excelente artículo que con gusto compartiré, porque es necesario nombrar por su nombre a quienes sin ningún tipo de ética y escondidos tras una falsa libre expresión, convierten sus columnas en opiniones llenas de odio y carentes de reflexión que nos conduzca a una sociedad mejor.