abril 28, 2024

“Algo peor que un político

corrupto es un ciudadano

que los defienda”

Namphi Rodriguez

Por Dr. Pedro Gonzáles Castro

y Dr. Rutilo Tomás Rea Becerra

Como “La Delgadina” por su casa, durante muchos años la corrupción se había paseado por lo largo y ancho de nuestro país sin que nadie le pusiera un alto. Desde grandes mandatarios hasta mediocres servidores públicos se veían favorecidos sin que mostraran el menor asomo de vergüenza. Se daban el lujo de planear saqueos a mediano y largo plazo, al viejo estilo Virreinal.

Abuso de autoridad y enriquecimiento a cualquier costo fue la base estructural que permeó la mentalidad de la aristocracia criolla, se favoreció de un clientelismo que permitía el peculado y abuso de poder. Poco a poco la cleptocracia se fue convirtiendo en un negocio de familias que instalaron los cimientos de buena parte de la actual oligarquía económica del país.

Se apoderaron de universidades, de la distribución de alimentos, de medicinas, de las mejores tierras, de los periódicos, de la buena voluntad de la población. Se dieron a la tarea de controlar todo y a todos. Crearon sus propios credos. Para ellos la política no tiene nada que ver con la moral, si querían dominar debían recurrir a la astucia y a la hipocresía, dejando a un lado la franqueza y la honradez.

Nos vendieron la idea de que las masas son sinónimo de barbarie, de anarquía y que la violencia junto con la corrupción, el engaño y la traición son estrategias válidas para “un bien mayor”. Echaron a andar toda la maquinaria propagandística para convencernos de ello. Nos inventaron dichos, frases y cuentos cuya finalidad era el adoctrinamiento por presión social.

Nos convencieron de la necesaria severidad del Estado, de la necesidad del terror y la violencia dosificada como estrategia de obediencia. Para ello tenían a sus “intelectuales” quienes hormaban la opinión del pueblo hasta convencerles que era necesario el sacrificio, que había que confiar en nuestros gobernantes; aunque los viéramos hacerse más ricos, mientras nosotros más pobres.

Bajo esos formatos echaron campanas al vuelo, creyendo que nunca verían de cerca su fin y, cual Roma en tiempo de Tiberio. Bajo toda esta maquinaria de seducción infernal de podredumbre, dieron rienda suelta a los placeres dejándose seducir por un grupo empresarial con presencia en América Central desde 1944, la empresa Odebrecht. Esta empresa actualmente tiene operaciones en 14 países, presencia en otros 13 y mantiene actividades comerciales en más de cien naciones.

Hasta el 2015, los negocios hechos por México con la empresa brasileña fueron para muchos burócratas y familiares de lo más redituables. Pero como todo lo que inicia termina, en 2016, ante una Corte Federal en Nueva York, Odebrecht se declara culpable de haber pagado sobornos a funcionarios de al menos 12 países, entre ellos México a donde transfirieron mas de 10 millones de dólares entre 2010 y 2014 a cambio de contratos con PEMEX, cuyo director era Emilio Lozoya Austin[1].

Muy segura se sentía la clase política neoliberal de que seguiría en el poder por un buen tiempo. Sin embargo, el 2018 todo cambio, la política en México dio un vuelco, ganó Andrés Manuel López Obrador y muchos que habían vivido del erario se dieron cuenta que toda había terminado. Ni tardos, ni perezoso comenzaron la oleada de ataques pues quieren recuperar sus privilegios. Crean sus frentes de ataque, sus grupos opositores, su Alianza Federalista y demás estrategias para golpear sistemáticamente al nuevo gobierno. Lo hacen a través de los medios tradicionales, lo intentan también por las redes sociales, pero todo les resulta en vano.

Y, en verdad, creían que todo sería sencillo. Quizá hubiera sido así, pero una serie de acontecimientos comenzaron a sucederse. Detienen a Lozoya en España, aparece una epidemia a nivel mundial, la ONU apoya las propuestas de AMLO, Estados Unidos mantiene buenas relaciones con el nuevo gobierno de México, etc. En pocas palabras, la 4T va sobre rieles; los esquizofrénicos y paranoicos de la oligarquía no encuentran por donde continuar.

Estemos pendientes de los acontecimientos, ya en la primera declaración firmada en España por Lozoya Austin menciona a personajes como Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray Caso, quienes presuntamente realizaron negociaciones y autorizaron contratos con la empresa brasileña. Así también ya hay nombres de miembros de varios partidos. Tengamos por seguro que muchos ya estarán en acto de fuga, otros cambiando de nacionalidad y mas de alguno solo estarán aguardando a su suerte.

¡Hay que recordar que esto es una revolución y va en serio!

[1] https://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/de-que-trata-el-caso-odebrecht

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