“Algunos sabemos la verdad, pero
queremos ver hasta dónde llega
la hipocresía”
Candidman
Por Dr. Pedro Gonzáles Castro y
Dr. Rutilo Tomás Rea Becerra
Ansiedad y miedo han sido una constante de la vida diaria del pueblo mexicano tras la aparición de la actual pandemia, misma que encontró un ambiente propicio debido a los altos niveles de pobreza y marginación que han imperado durante muchos años. Hoy, como pocas veces en la historia, tenemos la oportunidad y la responsabilidad de crear la infraestructura sobre la que será posible erigir a la nueva sociedad y ello solo será posible si entendemos nuestro momento histórico.
Indudablemente el camino no es llano, existen muchos enemigos que han visto peligrar sus privilegios y desde luego harán todo lo que este a su alcance para recobrarlos al costo que sea. Y, por ello, se han apropiado de los medios de comunicación a fin de sumergir a la población en un mar de posverdad. A diario resaltan todo lo que consideran que pueden utilizar y mantienen en silencio lo que no les es conveniente.
Como estrategia transversal utilizan la psicología del miedo. Cobardemente mantienen a la población viviendo altos niveles de ansiedad de tal manera que, a través de la constante tensión, aprensión, nerviosismo y preocupación por el sustento diario, pueden ser influenciables, por ello golpean una y otra vez buscando un punto de inflexión.
En este sentido, los neoliberales y todo su sequito se han erigido como “la fuente inagotable del saber”. Lo mismo manejan de virología, economía, política, educación, botánica, “retórica y sistema decimal”. A cada declaración del jefe del ejecutivo federal, hacen detonaciones sin ton ni son. La autoproclamada “Alianza federalista”, cual inquisidores de la edad media, se erigen como Tribunal Civil para enjuiciar y sentenciar dolosamente al ejecutivo federal, mientras en sus estados las desapariciones forzadas, el robo y demás delitos se han incrementado.
En el caso particular de Jalisco ya se ha vuelto cotidiano la constante actividad delincuencial, al punto que hemos perdido la capacidad de asombro y se asume como innecesaria la inconformidad y la denuncia ante la indiferencia de las autoridades y la desvergüenza de un gobernador que se esfuerza por normalizar la irresponsabilidad de sus actos, tanto públicos como privados.
A tal grado llega el afán de poder por parte del Gobernador que su “nivel de inversión” en publicidad le permite contratar una super producción en la que Brozo y Loretito hacen una parodia de “las mañaneras” y de las acciones de AMLO con el fin de denostar la imagen del ejecutivo federal. Y muy seguramente el dinero que recibieron por sus servicios fue suficiente como para guardar silencio ante el asesinato de Aristóteles Sandoval y, desde luego, no emitir comentario alguno respecto al alto índice de inseguridad en el estado.
Al igual que “il Duce” de la Republica de Saló, el ejecutivo estatal cuenta con dos armas para conseguir sus objetivos: una prensa prostituida y grupos profesionales de la violencia estratégica. Situación que desde luego fascina a los empresarios y funcionarios que ven en peligro sus intereses ante la 4T.
Al cobijo de la “Alianza federalista”, el líder del “reino agavero”, sin el menor empacho, pretende guiar a las masas mediatizando la rabia, rencores y resentimientos aprovechando a sus anchas la violencia verbal y la movilidad que le permite el marco “democrático”, pretendiendo convertirse en un arquetipo ungido por el todo poderoso. Nada mas lejos de ser realidad cuando hemos sido testigos de grandes desaciertos al estar hostigando a la población con medidas castrantes ante la pandemia.
Pero bueno, al parecer el futuro de Jalisco estará lastrado por un buen de tiempo y a ello habrá que abonar el inmovilismo de las izquierdas, mismas que al igual que los aguacates, de tanto golpeteo, se están descomponiendo antes de madurar. Muy probablemente ello se deba a su limitado y pragmático entendimiento de lo político; a su distanciamiento de las masas.
Ya lo dice el viejo refrán, “obras son amores, que no buenas razones”. Mientras que las decisiones sigan siendo al margen del pueblo, su actuar solo serán una prolongación de aquello que “se pretende evitar”. Está claro que el proceso de politización de las masas ha quedado tan lejano como el horizonte.
Desde luego, no podemos negar la existencia de movilizaciones y de actividades intelectualoides a través de las herramientas propias de la Internet, nada que no pueda igualar los grupos neoliberales. Es claro que andamos de la seca a la meca y las acciones están quedando a nivel de escaramuzas. Hay que tener claro que esto es una revolución y no es válido continuar con simulaciones. ¡Para atrás, ni para agarrar vuelo!
