abril 27, 2024

La libertad es la única meta digna

En la vida. Se gana ignorando cosas

Que están más allá de nuestro control.

Epícteto

 

Por Efraín Moreno Arciniega

A Juanita Marisol González

Universidad Pedagógica Nacional

Empleo esta metáfora para reflexionar con todos Ustedes sobre la importancia que tiene en nuestras vidas el comprender las acciones que hacemos por nuestra propia voluntad; o como decimos, por nuestro libre albedrío; que tienen una repercusión en nuestros semejantes para bien o para mal; y aquellas otras acciones que también tienen una incidencia en nuestros semejantes pero cuyo efecto no dependió de nuestra voluntad y deseos, sino de hechos externos que estuvieron o están fuera de nuestro control.

Reflexión a mi parecer interesante, por la importancia que ello tiene esta delimitación en nuestras vidas para nuestra estabilidad emocional.

La Metáfora del Arquero de Cicerón y las reflexiones sobre la Felicidad y de la Bienaventuranza que en su tiempo escribiera Séneca, fueron los argumentos en las que se sustentó Descartes para hablar sobre lo que en su opinión es la paz interior que siente un hombre y que la asoció a su concepto de Felicidad.

Para Descartes, la Felicidad es un estado del alma el cual depende exclusivamente del individuo de lo que él llama los factores internos; en donde nada tienen que ver factores externos; idea que explica a través de la Metáfora de Cicerón.

Esta Metáfora nos dice:

El arquero desde tiempo atrás se prepara para dar en el blanco:

Selecciona la madera para construir el arco.

Escoge el material para hacer la cuerda.

Construye con mucho cuidado las flechas.

Construye el carcaj.

Todas estas cosas que hace el Arquero previas al deseo de dar en el blanco las realiza con mucho cuidado y hasta se puede decir que con mucho cariño; y todas estas acciones tienen una característica que hay que sobresaltar: todas ellas están indudablemente bajo control absoluto del mismo; todas ellas dependen absolutamente de él y de nadie más.

Ahora la cuestión está si el arquero logrará dar en el blanco.

Pero ello ya no va a depender de él. Pues factores externos que están fuera de su control pueden influir para que no se logre este propósito: el viento, un ruido inesperado que distraiga al arquero en el momento preciso de soltar la flecha; una molestia en la vista del mismo, y otras cosas no previstas pueden determinar impedir al arquero acertar en el blanco.

La tesis de los factores internos y externos para dar en el blanco en esta Metáfora del Arquero es la clave para comprender el concepto de Felicidad de Descartes; pues para él, ésta depende exclusivamente de la voluntad de cada hombre; o sea de los factores internos que son los únicos que están bajo su control.

También para nuestro ínclito vate Amado Nervo, la vida de un hombre frente a los demás, depende exclusivamente de él. En sus versos por ejemplo de su hermoso poema “En Paz”, así lo deja entrever cuando nos dice:

..porque veo al final de mi rudo camino

Que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

Que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,

Fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas,

Cuando planté rosales, coseché siempre rosas..

Los grandes sabios de la antigüedad, debatieron, como hoy lo sabemos, mucho sobre este tema tratando de encontrar la respuesta de qué es la felicidad y cómo alcanzarla.

Séneca, por ejemplo, escribió dos tratados sobre la felicidad: “De la felicidad” y “De la vida bienaventurada”. Donde señala mucho sobre lo que es la felicidad y cómo podemos lograrla. Inicia por ejemplo en su escrito “De la felicidad” diciendo:

Todos los hombres, hermano Galión,

quieren vivir felices,

pero al ir a descubrir lo que hace feliz la vida,

van a tientas,

y no es fácil conseguir la felicidad en la vida,

ya que se aleja uno tanto más a ella cuanto más afanosamente se la busque,

si ha errado el camino, si éste lleva en sentido contrario,

la misma velocidad aumenta la distancia.

Mientras erremos de acá para allá sin seguir

a otro guía que los rumores y los clamores

discordantes que nos llaman hacia distintos lugares,

se consumirá entre errores nuestra corta vida,

aunque trabajemos día y noche para mejorar nuestro espíritu.

Así pues, Séneca nos advierte que no es fácil lograr ser felices.

Las reflexiones sobre la felicidad las hizo Descartes específicamente en la correspondencia que mantuvo con las Reinas Elisabeth de Westfalia y Cristina de Suecia, a quienes les interesaban los temas filosóficos, particularmente los de Dios y la moral, evidentemente con el propósito de tener argumentos para poder debatir estos temas con los católicos seguidores del Papa ya que ambas eran, como se sabe, declaradas seguidoras del movimiento protestante en Europa de Lutero y Calvino.

En dicha correspondencia, analizada y comentada por el filósofo colombiano Jean-Paul Margot en su libro “Descartes y Spinoza” en un ensayo escrito allí que intituló “El yo moral de Descartes, Resolución y Generosidad”; este filósofo llega a la conclusión que,

Para Descartes, la felicidad, y esto no podía ser de otro modo por lo dicho aquí que ello se basó en el pensamiento de los antiguos, es el estado emocional del hombre de satisfacción interior después de haber actuado de manera razonada en cada una de las situaciones de su vida buscando siempre el bien supremo de sus semejantes.

Esta conclusión de Jean-Paul Margot sobre el concepto de felicidad de Descartes nos empieza a clarear el camino que hay que seguir para alcanzarla: libertad de decidir de manera razonada y pensando siempre en lograr el bien supremo para los demás, es lo que debemos hacer siempre para tener la convicción de obrado correctamente ante los demás; por encima de las críticas que por ello recibamos.

Decía Séneca al respecto:

Perecemos por el ejemplo de los demás;

nos salvaremos si nos separamos de la masa.

Busquemos qué es lo mejor, no lo más acostumbrado;

y lo que nos ponga en posesión de una felicidad eterna,

no lo que apruebe el vulgo, pésimo intérprete de la verdad.

Como puede observarse Séneca pensaba siempre en el individuo, fiel seguidor del estoicismo.

Pero sus ideas nos sirven para reflexionar, cuando nos enfrentamos a momentos difíciles en la relación con los demás, hasta dónde hemos cumplido con nuestro deber.

Un saludo para Todos.

1 comentario en «De la metáfora del arquero»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Verificado por MonsterInsights