diciembre 10, 2024
GERARDO

“Quien adopta una

ideología es porque

ha dejado de pensar”.

Arthur Miller

Por J. Gerardo Rodríguez Rdz.

Cuando era pequeño, en la entrañable década de los ochenta, veía un mundo muy diferente. Antes de continuar con esa idea quiero exponerle al lector que me considero privilegiado porque pertenezco a una generación que ha visto los cambios más interesantes; unos trágicos, otros maravillosos. Desde la caída del muro de Berlín y la desaparición del bloque soviético, hasta la tecnología digital y en la palma de la mano; pasando por crisis, guerras como la de los Balcanes o la guerra civil en Siria. Es decir, hemos sido una fuente inacabable de transformaciones.

Ahora bien, continúo con los años ochenta. Era un mundo bipolar, cargado aún de las ideologías de los sesenta y setenta. Por un lado teníamos profesores con una carga ideológica de rebeldía, por lo menos en México con una gran influencia a la izquierda y al ejemplo de personajes como el Che Guevara. Por el otro lado, teníamos la influencia de ser vecino del país denominado el líder del mundo libre. Las películas de Hollywood eran un canto al american way of live, al american dream; en los largometrajes de acción los malos eran los soviéticos.

Ese mundo estaba irradiado de ideología por todos lados. Sin embargo, algo sucede en la década de los noventa. Salvo excepciones separatistas y zonas de conflicto, el mundo estaba viviendo una época de desarrollo social, de unidad, las fronteras se iban a acabar, la globalización es un fenómeno que auxilia a las regiones a crecer.

Un ejemplo para el mundo era la transformación de la Comunidad Económica Europea a Unión Europea, el que escribe pensaba en la universidad que deberíamos hacer lo mismo en América del Norte, una evolución al entonces Tratado de Libre Comercio.

Yo viví un mundo que se estaba alejando de las ideologías, y me parece bien, una ideología bien adoctrinada puede convertirte en un fanático, el fanatismo de aleja de lo único que nos separa del resto de los seres vivos, el intelecto.

No quiero decir con esto que las ideologías sean tóxicas necesariamente, sino en manos de quién. La ideología en manos de yihadistas cooptando jóvenes, la ideología en manos de los partidos comunistas financiados por Unión Soviética para ser carne de cañón de los conflictos sociales, la ideología en manos de fascistas que aprovechan la decepción de los jóvenes; en otras palabras, la ideología si no estamos preparados, es jugar a la ruleta rusa con un revólver cargado.

Considero mi generación experimentó eso cuando éramos muy jóvenes aún, y ahora lo vemos con las nuevas generaciones. Al no estar preparados, volvemos a un mundo no muy alejado de lo que viví en los ochenta. Tensión entre países antagonistas, desigualdad, migración, entre otros fenómenos. Y hay un factor más que siempre ha existido, en un mundo polarizado o no, en un planeta ideologizado o no; el ser humano desde el poder tiende a corromper y corromperse, y tiende a manipular a la sociedad; es un axioma lamentablemente. El poder te da una sensación de impunidad, parafraseando a Carlos Fuentes.

Lo anterior lo escribo puesto que estamos volviendo a un mundo donde muchos gobiernos en el mundo están adoctrinando, no sólo los clásicos de asía, si no en América Latina. En México, por ejemplo, Morena está implementando técnicas de adoctrinamiento como las utilizaba el PRI en el siglo XX y la izquierda latinoamericana a lo largo de su historia. Varios casos, la televisión estatal ya la están colmando de personajes que forman parte de ese grupo de manipulación y programación de masas. En canal 11 del Politécnico se ha convertido en un primer intento de esto. La comunicación social encabezada por Epigmenio Ibarra, que al estilo Goebbels, está utilizando la comunicación con la población; la cartilla moral, también es un mecanismo de adoctrinamiento que, si no hay contrapesos, las nuevas generaciones encontrarán en el adoctrinamiento ideológico un modo de vida hasta que alguien les abra los ojos y tengan un gran vacío emocional en su vida.  Ahora lo que sigue es meterse con los libros de texto, es importante señalar que en veinte años fue poco la intervención que hubo ideológicamente en los libros de texto escolares que la Secretaría de Educación entrega a las escuelas; ya lo están tocando para este ciclo escolar que viene.

En lo personal considero mejor esa época sin ideologías cargadas, si no con un afán de buscar la felicidad y la de resolver los problemas sin atavismos ideológicos, de manera pragmático. Pero como van las cosas podremos tener al menos una generación adoctrinada, y con una doctrina ya rancia, vieja; que solo nos pondrá en mayor desventaja con el mundo desarrollado.

Sistema Nacional Anticorrupción.

Hace falta un estudio de cuantos Ayuntamientos en el país no han actualizado su normatividad y reglamentación a la nueva Ley General de Responsabilidades Administrativas, son muchos. En Nayarit son varios los municipios que aún no se actualizan, eso pone frenos al Sistema. Pero nadie vigila a los que vigilan.

Carpe Diem

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