Por Efraín Moreno Arciniega
Un Estado Laico se caracteriza por tres cosas:
No tiene en su Constitución una Religión Oficial que deban practicar obligadamente sus ciudadanos.
A contrario de lo anterior, el Estado Laico establece constitucionalmente el Derecho de la Libertad de Culto para todas y todos sus ciudadanos; tal como acontece en México con el Art. 24 Constitucional.
Y la limitación que un Estado Laico hace a sus Gobernantes y funcionarios de manifestar públicamente sus creencias religiosas para no ofender a los ciudadanos que practican, con todo derecho, otras creencias religiosas.
Con los Gobiernos del PRI y del PAN, esto, como lo sabemos, innumerables ocasiones no se respetó.
Los políticos del PRI y del PAN, han exhibido desde siempre su fervor Católico.
La asistencia a eventos religiosos oficiados por el Papa; postrarse incluso ante Él; su veneración pública a la Virgen de Guadalupe; el apoyo a Asociaciones Civiles Católicas; son ejemplos de la negación del Estado Laico que han hecho estos políticos.
Preciso:
No se cuestiona a estos personajes el Derecho a practicar su Culto Religioso, garantizado por nuestra Constitución; sino su limitación de hacerlo de manera pública cuando se es funcionario del gobierno en un Estado Laico como lo es El Estado Mexicano.
Por lo mismo desilusiona lo que hoy se hace al respecto desde el Gobierno que se hace llamar de la Cuarta Transformación:
Un presidente que recurrentemente hace citas públicas de la Biblia. Y un Gobierno que apoya abiertamente eventos religiosos, como el concierto organizado para celebrar el cumpleaños del líder espiritual de la Luz del Mundo.
¡Vaya, vaya!
Por lo que se ve, en esto del respeto al Estado Laico no hay cambios.
Sólo que los del PRI y del PAN, eran católicos.
Y éstos de ahora, por lo que evidencian, son Evangélicos de la Luz del Mundo.
¡Vaya, vaya!
¡Pues no que somos admiradores de Juárez!
¡Un saludo para Tod@s!
