mayo 13, 2024

Los gobiernos no tienen derecho de

arrogarse un poder ilegítimo.

Benjamín Constant

Por Efraín Moreno Arciniega

A mi amigo Rogelio Zúñiga

En el Ateneo de París, en 1819, Benjamín Constant pronunció uno de los más importantes discursos que se hayan dicho sobre el Estado y la libertad de los hombres, que intituló “De la libertad en los antiguos y la libertad en los modernos”.

Constant inicia este discurso, con unas palabras que me hacen pensar en el México actual:

Francia se ha visto cansada de los ensayos inútiles con que sus autores irritados por su poco éxito, han intentado constreñirla del bien que no deseaba y le han disputado el bien que sí quería.

Benjamín Constant debatió, en este discurso, los límites que en su opinión el Estado tiene frente a los Ciudadanos. Y lo hace a partir de lo que él consideró lo que es la libertad y los derechos del hombre.

Constant definía a la libertad,

Como el derecho de los hombres a no estar sometido sino a las leyes; de no ser detenido, ni condenado a muerte, ni maltratado de ningún modo, por el efecto de la voluntad arbitraria de uno o varios individuos.

Es para uno, el derecho de dar su opinión., es el derecho de reunirse con otros individuos., es el derecho a influir en la administración del gobierno, sea para el nombramiento de todos o de algunos de sus funcionarios, sea a través de representaciones, peticiones; demandas que la autoridad está obligada a tomar en consideración.

Allí señaló, citando a Condercet, que el hombre de la antigüedad no conoció la libertad individual.

La libertad individual, fue para Condorcet, un descubrimiento de los Modernos.

Constant en su discurso recordaba que toda la vida privada de los antiguos fue regulada por el Estado: sus propiedades, familia, hijos, religión, educación; todo, absolutamente todo.

Cita Constant el caso del gran músico griego Terpandro, que para cambiar una cuerda de su lira tuvo que solicitar la autorización de los éforos, que eran los ministros en Esparta.

Los antiguos, observaba Constant, es verdad que tenían participación en la resolución de ciertos asuntos del Estado; particularmente en lo que refería a la guerra o la paz con otros pueblos, y en juzgar el comportamiento de algunos magistrados; pero lo que no tenían era el poder para vivir, su vida personal, en libertad.

En la antigüedad , señalaba, el Poder del Estado estaba por encima del poder individual. Cuando ello se da, el Estado termina, decía Condorcet,  socavando las libertades de los ciudadanos; hecho que rechaza, en este su discurso, para lo que debe ser el Estado Moderno en su Francia.

Constant, reclamó a su Gobierno y a muchos de sus conciudadanos, particularmente a los hombres que conformaban el grupo político del Tercer Estado en la Asamblea Nacional de Francia, que eran los hombres que impulsaban las ideas más radicales de la Revolución Francesa, la contradicción en la que se caía, cuando a nombre de la Libertad en Francia, estos promovían la aprobación de dos leyes de la antigüedad:

La Ley Griega del Ostracismo, con la que las oligarquías gobernantes persiguieron y desterraron a todos los individuos que se oponían a sus determinaciones; el mismo Pericles la empleó para exiliar de Atenas a todos sus opositores.

Y la Ley de la Censura, que se aplicó en Roma para apartar a todos los Candidatos Peligrosos para el Estado Romano.

De probarse estas dos leyes en Francia, señalaba Constant, se cometería un grave agravio a los Ciudadanos. El poder del Estado, decía, no puede estar por encima del poder de los individuos.

La historia de la democracia le dio la razón a Constant:  El poder del Estado no puede estar por encima de las libertades y derechos de los individuos.

Por todo esto, preocupa que hoy en México, desde el punto de vista de un régimen de gobierno demócrata, desde el poder público se cuestione la Libertad de Expresión de algunos.

La historia nos dice, como bien lo señalaba Constant, que la democracia es ante todo el respeto del Estado a las libertades de los ciudadanos.

Aunque también la misma historia nos dice, que ningún grupo en el poder soporta la crítica; y escudándose estos en una supuesta defensa del Estado siempre ha perseguido al pensamiento divergente.

Por fortuna, los mexicanos sabemos hoy lo que son las libertades del hombre y hemos conocido ya lo que es la democracia, y por ese camino seguiremos transitando.

¡Un saludo para todos con el mejor de los deseos para este 2021!

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